Había una vez, en el
pueblo de Lagunilla del Jubera, tres kiwis que eran hermanos: Otto, Ada y
Tototo.
Un día, a Otto le empezó a
picar la espalda y dijo que necesitaba un rascador. Tototo le contestó: “Dicen
que el único rascador de España está en la Cueva del Pato de Lagunilla, pero
para conseguirlo hay que superar cuatro pruebas para que nos den cada una de
las cuatro llaves que abren la Cueva. Las llaves están en las cuatro Ermitas que
forman un trapecio.”
Así que los tres kiwis se
fueron a la primera ermita: La Ermita de
Santiago.
Cuando llegaron a la
puerta, un robot les dijo: “Ni un paso más, si la llave queréis conseguir, a
cuatro momias tendréis que destruir.”
Como Otto era el más fuerte,
él las quiso eliminar. La prueba empezó y del suelo salieron cuatro momias.
Otto les dio una patada a cada una, destruyó a dos de un cabezazo, a otra de un
puñetazo y la última, del miedo, se disecó. Del cuerpo de la momia disecada
salió una llave.
¡La llave con forma de corazón!
Luego se fueron en busca
de la segunda ermita: La Ermita de Santa
Bárbara.
Antes de llegar allí,
tuvieron que pasar un río de 7 metros. Construyeron una balsa y unieron los
palos con cuerdas. Cuando cruzaron el río llegaron a un Rollo y vieron a un
gato atado al palo y untado de miel. Dos moscas gigantes se lo iban a comer.
Los kiwis las espantaron y le preguntaron al gato cómo se llamaba y por qué
estaba allí atado y untado de miel. El gato les respondió: “Me llamo Betito y
me ha atado al Rollo, Buhoardilla, un mago malvado que quiere dominar los siete
valles de La Rioja”.
Los kiwis lo soltaron y el
gato, muy agradecido, les acompañó todo
el camino.
Llegaron a una laguna y a
Otto le entró sed y se acercó a beber. Una rana le avisó: “No bebas de
esta agua, Buhoardilla la ha envenenado. Si queréis beber, iros a esa pequeña
fuente de allí.”
Siguieron su camino, pero
Buhoardilla les lanzó varias rocas al
camino. Ada cogió un trozo de romero y se lo dio de regalo. Sorprendido
Buohuardilla quitó las rocas y los kiwis pudieron pasar.
Cuando llegaron a la
Ermita de Santa Bárbara era ya tarde y se pusieron a dormir al lado de un
olivo. Al día siguiente fueron a la
Ermita. El guardia les dijo:
- ¿A dónde vais?
Betito les dijo que
respondieran bien, así que Tototo probó y dijo:
- A la fuente del Alca,
llegal, calgal y malchal”.
Era lo correcto, pero el
guardián les puso un acertijo:
-Tiene tres nombres, pero es uno solo.
Otto dijo: – Rio Bahún.
Ada dijo: –rio Cadajones.
Tototo dijo: –rio Salado.
El guardián les dio la
llave .
¡La llave con forma de estrella!
Los
Kiwis se fueron a buscar tercera ermita: la
Ermita de San Cristobal, pero antes tuvieron que pasar entre una batalla de
ogros y gigantes. Betito les dio unos disfraces y pasaron entre medio de ellos
sin ser vistos.
Pasaron
por una cantera, Otto vio algo que brillaba entre las rocas, era oro. Fue a
cogerlo y las rocas se le vinieron encima, gracias a Ada que le sacó de allí,
antes de que las rocas se le cayeran.
Llegaron
a la Ermita de San Cristobal y el guardián les dijo: - si la llave queréis alcanzar hasta el final
del camino de rocas tendréis que llegar.
Se
dieron cuenta que había que pasar por un camino de rocas sin caerse a la lava.
Ada fue la que quiso hacer
la prueba y gracias a su habilidad lo consiguió.
¡Ya tienen la llave en forma de lanza!
Así
que se pusieron en camino a la cuarta y última ermita: la Ermita de Villavieja. Pasaron cerca de la olla grande de Lagunilla y se acercaron
a beber agua. Cuando iban a hacerlo,
vieron que venía una ola y se pusieron a surfear. No bebieron agua, pero sin darse cuenta, estaban en la otra orilla
de la olla.
Ahora
les tocaba bajar por el barranco de las discusiones. Betito les advirtió de lo
que les podía pasar, pero ellos se llevaban muy bien y le dijeron que nunca había
discutido.
Ada
vio unas plantas con con pinchos y
flores amarillas Tototo dijo que eran
Ulagas, Ada que eran Aulagas y Otto fue a cogerlas y se pinchó. Empezaron a
discutir y enfadarse entre ellos. Menos mal que llegaron a la fuente del Arca.
Betito les dio unos tragos de agua y pronto se dieron cuenta de lo que estaban
haciendo.
Llegaron
a la Ermita de Villavieja y su guardián les dijo: “Si la última llave queréis
conseguir, a la Virgen de Villavieja tendréis que subir”. Los Kiwis hicieron
eso, y cuando salieron de la Ermita con la Virgen hombros,
de la boca de ésta, se cayó una llave.
¡La
llave con forma de círculo!
Ya
podían entrar en la cueva del pato.
Subieron a la entrada, y dentro de la cueva había una puerta con
cuatro cerraduras. Otto, Ada, Tototo y
Betito cogieron cada uno una llave, y a la vez la introdujeron dentro de la
cerradura. La puerta se abrió.
Dentro,
se encontraron al antiguo pueblo de lagunilla, y en la plaza, entre un laser
estaba el rascador. Ada lo cogió con mucha flexibilidad y habilidad, y cuando
se lo acerco a sus hermanos, todos vieron que era un rascador llave.
Una
de las casas del pueblo tenía una puerta con la cerradura de la misma forma que
el rascador, así que metieron el rascador en la cerradura, y se encontraron con
un tobogán, por el cual se lanzaron, y aparecieron dentro de la Iglesia de San
Andrés.
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